Jorge Aurich

Colegios positivos

Colegios positivos Artículo escrito por Jorge Aurich publicado en la revista ANTESALA. La leyenda dice que los peces koi o carpas japonesas nadaban río arriba hasta las cascadas, y al llegar a la cima, como recompensa, se transformaban en dragones; es por ello que estos peces en la tradición japonesa son símbolo de fortaleza, persistencia y perseverancia. Se dice que el pez koi crece unos pocos centímetros si es criado en una pecera pequeña, sin embargo, si lo llevamos a un recipiente más grande o un estanque, el pez puede desarrollarse hasta llegar al metro de largo y pesar más de 8 kilos. Es decir, el tamaño de este pez depende del tamaño de la pecera. He compartido esta metáfora, y quisiera aprovecharla para reflexionar juntos a lo largo de estas líneas acerca de cómo podemos mejorar el entorno en los colegios y el aporte que puede hacer la psicología positiva frente a este propósito que estoy seguro todos compartimos. Una de las conclusiones más importantes de la psicología positiva es que el éxito no es causa de felicidad, sino que es la felicidad la que nos lleva al éxito. En este sentido, el aporte que la ciencia psicológica positiva ofrece al mundo de la educación es muy relevante. Planteo dos razones acerca del por qué constituye una iniciativa importante incorporar un programa de psicología positiva en los colegios de nuestro país. La primera razón responde a la pregunta ¿qué es lo que más deseamos los padres para nuestros hijos?; y es que las personas nos pasamos la vida buscando nuestro bienestar y evidentemente los padres hacemos muchas cosas para que nuestros hijos puedan tener una vida plena. Bajo esta mirada, la adquisición conocimientos y el desarrollo de habilidades, así como el éxito profesional y económico quedarían limitados si en el balance de vida de la persona el bienestar quedara pendiente. La segunda razón es de carácter preventivo y tiene relación con el objetivo de actuar evitando episodios de depresión, así como el desarrollo de la resiliencia personal en los niños y adolescentes. En nuestro país, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Salud Mental, cada 22 minutos una persona intenta hacerse daño y la depresión es la causa de hasta el 80% de los suicidios. En el grupo de adolescentes la tasa de episodios depresivos llega al 10%. En el mundo, en países como EE.UU. diversos estudios han demostrado que la depresión empieza cada vez a una edad más temprana y es la principal causa de discapacidad en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entonces, ¿Qué tiene que aportar la psicología positiva a la educación escolar? ¿Cómo empezar un programa de psicología positiva en los colegios? ¿Qué experiencias existen que podamos conocer y quizá imitar? El eje fundamental de la psicología positiva es el estudio del funcionamiento óptimo de las personas, individualmente y dentro de las organizaciones y la propuesta central se basa en el desarrollo de cinco elementos de acuerdo con Martín Seligman: emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, sentido y logro. La consecución de estos elementos es posible a través de la aplicación de las fortalezas de carácter y del desarrollo de la regulación emocional; así, desde esta perspectiva, se han implementado en el mundo varios casos de psicología positiva aplicada en los colegios. El programa de resiliencia de la universidad de Pennsylvania, que busca aumentar la capacidad de los adolescentes para enfrentar sus problemas cotidianos. El programa promueve el entusiasmo, la asertividad, el pensamiento creativo, la toma de decisiones entre otras habilidades para salir adelante frente a los estresores y situaciones de adversidad que puedan surgir. Asimismo, este programa tiene como metas ayudar a que los alumnos identifiquen sus fortalezas de carácter personales, y aumentar el uso de las mismas en la vida diaria. Te invito a conocer tus fortalezas ingresando a www.authentichappiness.org. Otra iniciativa es la del programa en Strath Haven de Filadelfia que pretende incrementar las emociones positivas, identificar y aplicar las fortalezas de carácter y promover el propósito y significado de la vida. Este programa ha demostrado que mejora las habilidades sociales de los alumnos, como la empatía, la cooperación y autocontrol. En España se ha desarrollado el programa Aulas Felices, centrado en el mindfulness como vía para regular las emociones y propiciar el autocontrol; y por otro lado, la identificación y uso de las fortalezas personales en los distintos ámbitos vitales. Este programa es de aplicación en todas las etapas educativas cuyo contenido puedes descargar gratuitamente de la web. En general, un programa de psicología positiva es transversal y requiere de la formación del cuerpo docente, debe incluir a los padres en la aplicación de las metodologías y estrategias y por supuesto a los alumnos. Los beneficios de estos programas han sido demostrados a través de rigurosas mediciones con validez estadística. En países cercanos como Chile se viene aplicando la psicología positiva en algunos colegios. Es un tema que no deberíamos postergar y creo, sin temor a equivocarme, que nuestros estudiantes se verían muy beneficiados si sumamos a su entorno programas de esta naturaleza. Ahora sabemos, desde una perspectiva científica, que es posible enseñar el bienestar, contamos como nunca antes con una ventaja enorme al disponer de medios para obtener y compartir información, y la educación escolar y la familia son la base de una sociedad más pacífica, consciente, equilibrada, cooperante y feliz; en suma, tenemos la oportunidad de contribuir al florecimiento del mundo, objetivo central de la psicología positiva. Artículo publicado en septiembre de 2017 en la revista ANTESALA. TODO SELF-MANAGEMENT Sin categoría José de San Martín, lecciones para los equipos Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… La suerte de Machiavelli Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… ¿Cambian (aprenden) los adultos? Es muy conocida la expresión darwiniana sobre la necesidad y superioridad de la estrategia de la adaptación de las especies… Naturaleza talentosa Javier … Leer más

El poder de tus fortalezas

El poder de tus fortalezas Cada año terminan el colegio miles de adolescentes. Muchos optan por la universidad, algunos por carreras técnicas, y otros por trabajar. Todos con muchos talentos, pero no con talentos para todo. En 2014, un estudio realizado por el economista Gustavo Yamada concluyó que el 60% de los egresados universitarios cambiaría de carrera o institución formativa si tuvieran la oportunidad de hacerlo, manifestando su arrepentimiento por haber elegido dichas opciones educativas. “Más personas mueren el lunes por la mañana, a las 9:00 que en cualquier otro momento” dice Jon Gordon en su libro “El bus de la energía”, refiriéndose a la falta de entusiasmo e ilusión que muchas personas experimentan, y a la sensación de no poder generar un cambio en la dirección que ellas quisieran. ¿Cuántos niños y jóvenes terminan el colegio descubriendo sus verdaderos talentos? ¿Cuántos se han sentido verdaderamente inspirados y conectados con su propia grandeza? ¿Cuántos aprendieron a competir pero no a cooperar? Hemos sido niños, pasamos muchas horas en el colegio. Empezamos a trabajar, y posiblemente hayamos formado una familia. Sino aprendemos a vivir desde lo mejor que podemos dar a los demás, sino vivimos desde nuestro lado luminoso, difícilmente nos acercaremos al tan ansiado bienestar. Aquellas limitaciones que experimentamos como sociedad son un reflejo de nuestras limitaciones como individuos. De igual manera, los espacios de equilibrio, son muestra de lo que si funciona en cada uno de nosotros. No hay persona sin recursos, existen personas que desconocen sus recursos y también aquellas que han desaprendido a confiar en sus fortalezas. Descubrir y volver a aprender es entonces una cuestión importante y urgente, y colegio es un lugar ideal para desvelar las fortalezas de niños y jóvenes. Conocer las fortalezas y talentos tiene un fin vocacional y laboral, además, la autoconsciencia y aplicación de las mismas nos llevan a experimentar mayor satisfacción con nosotros mismos. La psicología positiva ha demostrado que un estado de ánimo positivo facilita el proceso de atención, el pensamiento creativo y el pensamiento holístico los que en un contexto cambiante, desafiante e incierto como el actual, son fundamentales. Nuestra capacidad de autodeterminación, y la satisfacción de nuestras necesidades de aceptación, seguridad y búsqueda de sentido se facilitan a partir de la puesta en práctica de nuestras fortalezas; es por esto muy importante empezar a hacerlo desde pequeños, y en ello tanto padres como maestros podemos ayudar muchísimo, empezando por descubrir cuáles son las nuestras. Mario A. Puig nos recuerda que “educar quiere decir sacar de adentro y no meter de afuera, no somos cubos vacíos que hay que llenar, somos fuego que hay que encender”; ¡qué enormes podemos llegar a ser para aquellos que diariamente nos escuchan!, y qué privilegio ser escuchados, enorme responsabilidad en casa y en la escuela; privilegio que debemos ganarnos día a día con nuestra capacidad para auto liderarnos y mejorar continuamente. Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de medicina en 1906, intuyendo algo que en su época no era posible observar pero que hoy en día sabemos, decía “todo hombre si se lo propone puede ser escultor de su propio cerebro”, y es que no hay nada más dúctil y plástico que el cerebro humano; podemos instaurar nuevos hábitos, llevándonos a distintos comportamientos y por ende diferentes resultados. La aplicación de nuestras fortalezas nos permite experimentar emociones positivas, y estas nos llevan a un círculo virtuoso de emoción – pensamiento –acción favoreciendo la “ampliación y construcción” de nuevos recursos (teoría broaden a build de Barbara Fredickson); así por ejemplo; Claudio Ibañez, psicólogo chileno nos recuerda que el interés y la curiosidad inducen al comportamiento exploratorio y a la apertura a nuevas ideas, experiencias y acciones, favoreciendo la acumulación de conocimientos útiles para el futuro. El amor, por ejemplo, nos inspira una serie de interacciones con los seres amados y el desarrollo de habilidades sociales de enorme trascendencia. Finalmente quiero compartir contigo una historia inspiradora. Había un niño llamado Ben, quien creció en difíciles circunstancias. Ben Vivía en Detroit, ciudad violenta y peligrosa. Su padre los abandonó, dedicándose a las drogas y al alcohol; su madre, Sonya, tenía escasa formación (solo llegó al tercer grado de primaria) y debía trabajar varias horas al día limpiando casas para mantener a sus hijos. Ben, que fue etiquetado como el más tonto de la clase, tuvo además comportamientos agresivos y violentos, llegando a atacar con un cuchillo a uno de sus compañeros; y sin embargo, y a pesar de esta adversidad, fue capaz de experimentar una profunda transformación llevándolo ser el número 1 en su salón, a ganar una beca en Yale y a ser elegido como el mejor neurocirujano infantil del mundo, esta es la historia del doctor Ben Carson. ¿Cómo es posible este cambio? ¿Qué fortalezas obraron en él para experimentar esta metamorfosis? ¿Quiénes creyendo en él, le ayudaron a tener fe y pasión en sus propios recursos? Fortalezas como la perseverancia, la valentía, la curiosidad, la pasión por el aprendizaje y el entusiasmo, estaban en el pequeño Ben esperando a ser puestas en marcha. Nos dice Richard Bach, “un diminuto cambio hoy nos lleva a un mañana dramáticamente distinto. Hay grandiosas recompensas para quienes escogen las rutas altas y difíciles, pero esas recompensas están ocultas por años”. Descubramos y confiemos en nuestras fortalezas, ayudemos a los más pequeños a hacerlo también, y aunque no podemos dirigir el viento, recordemos que siempre podemos orientar las velas. Artículo escrito por Jorge Aurich publicado en la revista Antesala en agosto 2017. Imagen gracias a Pixabay. TODO SELF-MANAGEMENT Sin categoría José de San Martín, lecciones para los equipos Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… La suerte de Machiavelli Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… ¿Cambian (aprenden) los adultos? Es muy conocida la expresión darwiniana sobre la necesidad y superioridad de la estrategia de la adaptación de las especies… Naturaleza talentosa Javier Imbroda, fallecido el año pasado y protagonista del caso JAVIER IMBRODA: LIDERANDO EQUIPOS DE ALTO … Leer más

Psicología Positiva, trabajar con las fortalezas

Psicología Positiva, trabajar con las fortalezas Entrevista realizada a Jorge Aurich por la revista ANTESALA. Decidido a impulsar el estudio de la psicología positiva, Jorge Aurich, especialista en esta rama, coach y economista de profesión, nos invita a conocer más sobre esta ciencia. Nos explica cómo busca promover las fortalezas de las personas para que, empoderadas por su comportamiento positivo, logren una mejor experiencia de vida. Hace un llamado para aplicarla en el aula y potenciar lo positivo en vez de recalcar los defectos de los alumnos. ¿Cómo se involucró con la psicología positiva? Surgió en mí la necesidad de encontrar respuestas y por eso comencé a tratar temas de desarrollo personal, llegando a involucrarme de manera autodidacta con esta rama de la psicología que tiene cerca de 20 años en el mundo y está bastante desarrollada en Europa y Estados Unidos; en Latinoamérica la lidera Chile. Por eso viajé a ese país a especializarme y luego me certifiqué como coach.  ¿Cómo surge la psicología positiva? La psicología convencional surgió históricamente como una ciencia menor que acompañaba a la medicina y a la psiquiatría. Su objetivo era servir de soporte para el tratamiento de las enfermedades mentales centrándose en la depresión, la ansiedad, el estrés, etc. El foco de su labor de curación era el lado ‘oscuro’ de las personas. Sin embargo, la realidad es que la mayor parte de personas funciona de manera ‘normal’, no solo tienen un lado ‘oscuro’ sino también un lado de ‘luz’ que funciona de manera óptima. Por eso, en el año 1998, Martin Seligman, ex director de la Asociación Americana de Psicología, impulsó este movimiento que buscaba desarrollar una ciencia de la fortaleza humana, no solo una ciencia de la curación. ¿Por eso se denomina positiva? Sí, porque se refiere a lo que funciona bien en el ser humano. La psicología positiva lleva a la persona desde un punto neutro, en el que no es necesariamente feliz, hacia un escenario mejor ayudándole a conocer sus fortalezas y a regular sus emociones. Eso le permite actuar de una manera más poderosa y así aportar más, puede tener un hogar más estable, dirigir a sus equipos en la empresa de otra manera, fomentar el desarrollo de sus equipos. ¿De qué manera trabaja esta rama de la psicología? Lo que hace es profundizar en el ser humano el conocimiento de sus fortalezas, el manejo de sus emociones, el fortalecer relaciones con las personas, etc. La psicología positiva estudia elementos de la naturaleza humana como el perdón, la esperanza, el optimismo, la gratitud, la resiliencia; que son elementos muy humanos y que no están en los currículos, son mirados bajo la óptica de la experimentación y la prueba científica. Hablamos de virtudes… Efectivamente. Por eso Seligman impulsa la creación de un manual de virtudes y fortalezas humanas. Ahí se definen seis virtudes que atraviesan todas las culturas, todas las religiones, todas las filosofías, incluso culturas iletradas. Estas virtudes que son una forma de sentir, de actuar y pensar involucran la voluntad, el deseo y sobre todo la libertad y se viven a través de comportamientos. Esos comportamientos virtuosos se convierten en fortalezas. Es así que desde punto de vista de la psicología positiva se han identificado 24 fortalezas en el ser humano. ¿Cuál es su impacto? Tiene un gran potencial de impacto a nivel de las personas como entes individuales y responsables de su propio bienestar, y también como miembros de alguna organización o institución, desde la familia, el colegio, la universidad, empresas, agrupaciones deportivas, etc.  ¿Qué nos dice de la trascendencia de la psicología positiva en la educación? Plantea un cambio de foco en la educación: trabajar con las fortalezas en vez de pretender corregir las debilidades. No quiere decir que las debilidades no se deban corregir, pero si aplicas tus fortalezas a los distintos ámbitos de tu vida no solamente vas a funcionar mejor, sino vas a ser más feliz. Parte de los programas que hay de psicología positiva en los colegios del mundo tiene que ver con que los chicos aprendan cuáles son sus fortalezas y con que los profesores incorporen esto a sus cursos. A los chicos se les pide que empiecen a buscar espacios dentro de la escuela, en sus casas, con sus amigos, para aplicar esas fortalezas. A la par se generan redes de alumnos, padres y profesores para compartir experiencias. ¿Cuándo se logra ser feliz? Una conclusión de la psicología positiva es que estar feliz no es consecuencia de tener todo sino que ser exitoso en la vida depende de que seas feliz. Primero soy feliz y luego tengo todo lo que deseo. Y es que, tal como lo ha comprobado la neurociencia, cuando las personas conectan con lo que las ilusiona experimentan un estado de ánimo más adecuado, están felices. Esto provoca en el cerebro una migración de neuronas a ciertas zonas del cerebro que les permite ser más creativas. Cuando uno toma conciencia de esto empiezas a vivir de otra forma porque tienes otras armas que te empoderan en favor de tu autodeterminación: el saber que no estas a expensas de lo que ocurre en la realidad, que es cierto que influye pero eres tú quien decide y define tu comportamiento. Ahora, es un mito el decir que uno es o no es feliz, porque la felicidad es una cosa que puede ir cambiando, es una sensación subjetiva que se va modificando. Hay personas que parecen naturalmente felices, aunque el porcentaje de felicidad que tiene que ver con la genética no sobrepasa el 50%. Pero hay otro 40% que depende de tu propia gestión, y un 10% que tiene que ver con lo que nos toca vivir.    ¿Por qué son tan importantes las emociones? Son muy importantes. La palabra emoción viene de una palabra latina que significa ponerse en movimiento. Las emociones nos impulsan a ir a un lugar o a generar un comportamiento, y el resultado que las personas tienen en sus vidas depende de sus comportamientos. Entonces, … Leer más

Conversar para liderar

Conversar para liderar “Te entiendo, pero hay algo en tu forma de hablar que no me gusta, te siento distante, un trato lejano y en cierta forma despectiva” es el pensamiento que discurre por mente y corazón de Laura durante una conversación con su jefa; pero que claro no se lo hace saber; y que me lo comparte en una sesión de coaching. Situaciones como esta, me llevan a proponer una pregunta simple y vigente, ¿Cuáles son los elementos de una buena comunicación? Saber qué se va a decir, y si no se sabe, tener la entereza y la humildad de plantear el problema. El líder no tiene por qué saberlo todo. No fingir que se sabe cuando en realidad no es así. Intentar confundir a las personas no es una buena estrategia. El mensaje es inequívoco, el líder se desprestigia. Esto es algo que he visto muchas veces. El cuerpo siempre hablará alto y fuerte. Muchas veces leo comentarios y post en las redes hablando sobre la importancia del lenguaje corporal sugiriéndonos estar atentos a su gestión como si se nos animara a aparentar por fuera algo que por dentro no tenemos. Esta no es una estrategia sostenible para un líder. No se puede fingir siempre. Permíteme pararme un instante en la orilla del consejero, te digo que lo mejor es trabajar desde y en tu interior, tal como lo planteaba en el artículo “el líder lidera primero su interior”; solo así brillarás de manera natural, el resto es hojalata pura y está con el tiempo se oxida. Conversa. En el ejercicio como coach suelo encontrarme con esta constante: nos olvidamos que la calidad de la dirección de las personas depende de la calidad de las conversaciones que tengas. Quien está al frente es una persona; si, igual que tú; navegando en el mar del tiempo vital intentando dar respuesta a las mismas preguntas que tú; a pesar de las aparentes distancias. Recuerda algo, la distancia entre ser humanos es la miopía del ego; y el ego es ese muro que mientras más alto y más ancho menos nos permite ver y escuchar al otro. Interésate por el ser humano. Este es el fondo del asunto. Lo demás no existe. Dime qué piensas sobre lo que es una persona. Cómo miras y cómo hablas. No todo es color de rosa. Las conversaciones difíciles son las que nos cogen con la guardia baja. Nos exponen a la incertidumbre, al miedo, al error; ¿cómo toleras la falla?, ¿cómo gestionas el error? Dime, cómo te va en la mejor escuela de liderazgo, el día a día. Nos suele conducir por el sendero que hemos recorrido toda la vida; el camino labrado por las emociones, aquel que de manera automática; por una memoria grabada en los ganglios basales del cerebro se activa y deja salir, en palabras de Merce Conangla, nuestro “primitivo”; es el conocimiento de tu experiencia; es por esto que los cursos de liderazgo sirven muy poco pues riegan el terreno cognitivo en los alumnos, más no la parcela emocional que está en una zona más profunda. Sin embargo, podemos y si somos conscientes y responsables de nuestra mejora, y en acertadas palabras de Aldous Huxley, “la experiencia no es lo que le pasa al hombre, sino lo que el hombre hace con lo que le pasa”; siempre podremos, si es nuestro llamado, nutrir con lo que necesita nuestro lado emocional, y fortalecer al igual que un músculo, a través del re aprendizaje de distintas esferas de la vida; el lado práctico, la vivencia, que empieza el cambio con la identificación de las creencias que duelen a pesar de ser corazas. Es necesario hacer. TODO SELF-MANAGEMENT Sin categoría José de San Martín, lecciones para los equipos Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… La suerte de Machiavelli Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… ¿Cambian (aprenden) los adultos? Es muy conocida la expresión darwiniana sobre la necesidad y superioridad de la estrategia de la adaptación de las especies… Naturaleza talentosa Javier Imbroda, fallecido el año pasado y protagonista del caso JAVIER IMBRODA: LIDERANDO EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO, material de análisis y… Metamorfosis Directiva Hace una semana tuve ocasión de dictar una charla sobre transformación a partir de la evaluación de las competencias directivas,… Una agenda, ansiedad y tu atención Son las 8:29 am; me conecto a Zoom para la primera sesión de coaching del día. – ¿Cómo estás?- pregunto… Una tarde con el emperador Escribió Francisco de Quevedo: “Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos, pero doctos libros juntos, vivo en conversación… Conflictos Covid 19 En distintos escenarios, es decir, consultoría a empresas, sesiones de coaching ejecutivo y conversaciones con otros profesionales; una constante que… Estrategias para surfear el 2021 Para la mayoría ha sido un año difícil, exigente, un carrusel de emociones. Comentaba en una conferencia que dicté recientemente,… Más artículos End of Content.

66 días

66 días Levantarse diariamente a las 4.45 de la mañana, durante el invierno, con la garúa helada cayendo en tu rostro y correr 10 o 12 kilómetros exige no sólo fuerza de voluntad y un profundo deseo de conseguir un resultado, algo distinto a aquello que estás logrando, sino además disciplina para vencer el frío y las ganas de quedarte en la cama durmiendo cómodamente. Vencer el confort inmediato para lograr un resultado satisfactorio de mayor alcance. Un estudio de 2006 realizado en la Universidad de Duke demostró que el 40% de las acciones que llevamos a cabo diariamente no corresponden a decisiones sino más bien a hábitos. Es decir, comportamientos automáticos derivados de la repetición constante; y no de decisiones fruto del cuidadoso ejercicio de nuestro raciocinio. “Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito” decía Aristóteles. ¡Qué importantes son los hábitos! Un hábito es una conducta que repetimos de manera constante, casi sin pensarlo, y la razón de que funcionen así es que el cerebro busca optimizar sus resultados ahorrando energía, evitando tener que “pensar” cada vez que hacemos algo, esto lo consigue a través de los comportamientos repetidos, los cuales se instalan a nivel neurológico, concretamente en los ganglios basales del cerebro, zona relacionada con la fijación de patrones de comportamiento como lo demostró Larry Squire de la Universidad de California. Dichos hábitos, además, están asociados con el circuito de recompensa activado como consecuencia de la conducta realizada, es decir, aprendemos a relacionar determinado comportamiento con resultados esperados. No hay hábito que no produzca placer, ninguna persona repite un comportamiento si no obtiene algo que le agrada; al menos en el corto plazo. En este sentido, hay hábitos convenientes y también hay aquellos que no lo son por sus consecuencias colaterales o efectos en el largo plazo. Los primeros deseamos conservarlos, los segundos eliminarlos (si somos conscientes de ellos). Sobre aquellas metas que deseamos alcanzar y que requieren comportamientos recurrentes, nos llevan a la necesidad de instaurar prácticas constantes en pro de lograr dicha meta, es decir, desarrollar nuevos hábitos. Por ejemplo, si deseamos perder peso entonces debemos incorporar a nuestra vida hábitos alimenticios adecuados además de la práctica regular de ejercicio físico. Si buscamos hacer una maestría, debemos definir hábitos de estudio, lectura y descanso que permitan avanzar con los cursos y tópicos del programa. Si deseamos llegar puntualmente a la oficina tendremos que dormir a una hora adecuada para despertarnos con la energía y motivación para llegar temprano, a la hora. ¿Cómo construir un nuevo hábito? Soy un convencido que nadie construye hábitos si realmente no quiere lo suficiente aquella meta u objetivo que desea lograr. Vale decir, o empieza a descubrir el dolor o el costo de no cambiar, o encuentra un motivo suficientemente atractivo como para generar un nuevo comportamiento, finalmente más que querer algo, se trata del precio que se está dispuesto a pagar para obtener ese algo; parafraseando a Nietzsche “Aquel que tiene un porqué lo bastante fuerte, puede soportar casi cualquier cómo”. Los hábitos no surgen por magia, los hábitos vienen de la decisión de cambiar una conducta que has logrado identificar como perniciosa o poco productiva en tu vida que te está llevando a experimentar emociones negativas como frustración, desencanto, conformismo y, finalmente, pensar que no se es capaz de cumplir con lo que se ha propuesto, afectando nuestra integridad como lo plantea Tal Ben Shahar elemento que para Nathaniel Branden es un pilar para desarrollar la autoestima. Si deseas desarrollar nuevos hábitos te propongo seguir los siguientes pasos: Primero, define qué es lo que deseas en realidad y determina que es lo que te impide lograrlo. Tener una ilusión nos mueve hacia la acción y nos brinda el combustible para mantenernos en marcha. Reflexiona no sobre lo que te costaría dejar la conducta que tienes ahora, sino en lo que estás perdiendo por no realizar un cambio. Segundo, reconoce el costo de no cambiar el hábito actual (lo que deseas modificar o eliminar) a pesar de la recompensa inmediata que puedes estar recibiendo. Un fumador obtiene placer en cada bocanada de humo del cigarrillo, sin embargo, podría asociar dolor al ver que cada cigarro que consume aumenta su riesgo de muerte afectar la vida de su familia, ¿qué dolor es mayor, la pérdida del disfrute de un cigarrillo, o el dolor y responsabilidad de cuidar de su familia? Tercero, asocia placer y disfrute con el nuevo hábito adquirido; se consciente de ello. Debes ser muy claro en este punto, todo hábito busca una recompensa. Es necesario ponerla en evidencia. Debes aprender a disfrutar y valorar los pequeños resultados que vayas consiguiendo con la nueva conducta. Y cuarto, desarrolla el condicionamiento, es decir, llévalo a la práctica, repítelo de manera constante. El cerebro es el órgano más plástico de nuestro cuerpo, podemos reestructurarlo, reinventarnos con nuevas conductas. Hasta hace poco se hablaba de 21 días para generar un nuevo hábito, esto fue derivado de un libro publicado en 1960 por Maxwell Maltz; sin embargo, en 2010, a partir de otro estudio se demostró que instaurar un nuevo hábito toma poco más de dos meses, unos 66 días; esto dependerá de cada persona finalmente y del tipo de hábito que se pretenda formar. Ponte en marcha ahora. TODO SELF-MANAGEMENT Sin categoría José de San Martín, lecciones para los equipos Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… La suerte de Machiavelli Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una… ¿Cambian (aprenden) los adultos? Es muy conocida la expresión darwiniana sobre la necesidad y superioridad de la estrategia de la adaptación de las especies… Naturaleza talentosa Javier Imbroda, fallecido el año pasado y protagonista del caso JAVIER IMBRODA: LIDERANDO EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO, material de análisis y… Metamorfosis Directiva Hace una semana tuve ocasión de dictar una charla sobre transformación a partir de la evaluación … Leer más