Jorge Aurich

La suerte de Machiavelli

Es el inicio de la segunda década del siglo XVI, Niccolo Machiavelli, en condición de exiliado, escribía en L’Albergaccio, una sencilla taberna en San Casciano, Florencia “… juzgo que puede ser verdad que la fortuna sea el árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero que

¿Cambian (aprenden) los adultos?

Es muy conocida la expresión darwiniana sobre la necesidad y superioridad de la estrategia de la adaptación de las especies como mecanismo para garantizar su supervivencia. La presión ejercida por el medio, entiéndase en un sentido amplio como la existencia de un conjunto de sistemas con los que interactúa, y que vuelve inevitable la necesidad del cambio o aprendizaje. Personalmente, prefiero referirme al cambio como aprendizaje.

Naturaleza talentosa

Javier Imbroda, fallecido el año pasado y protagonista del caso JAVIER IMBRODA: LIDERANDO EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO, material de análisis y discusión que tengo el gusto de dictar en una conocida escuela de negocios, define el talento como la capacidad de sacar el mayor rendimiento posible a tus cualidades; es decir, bajo su perspectiva, hay un aspecto intrínseco y natural, innato; y por otra parte, la decisión de destinar acciones concretas, léase comportamientos, dirigidos a explotar dicha condición; en palabras de Malcom Gladwell: “la práctica no es lo que una hace cuando es bueno. Es lo que uno hace para volverse bueno”. Desde mi perspectiva, quisiera resaltar además; la importancia del entorno y las personas cercanas; quienes notan, aprecian y hacen saber, ayudando a distinguir las cualidades innatas llevando a la persona a querer tomar decisiones alineadas con su naturaleza.